Muchos somos los que a veces introducimos nuevos integrantes al hogar. Ya sea teniendo perro e introduciendo otro perro o gato, o teniendo gato e introduciendo otro gato o perro. También puede ser la primera vez que tengamos un animal de compañía. O la primera vez que vamos a ir a pasear con nuestro peludo y que va a conocer a otros perros.
Vamos a hablar de cómo ayudarlos a conocerse, a verse, a que se sientan mejor, cómodos, sin presión. A que se vean entre ellos y no sea algo difícil.
Creemos que es necesario que tengamos siempre unas bases para este tipo de situaciones. Ya que es muy importante que, tanto estando en un lado de la situación (nosotros) como en el otro (ellos), sentir calma es gran parte de lo que ayuda a que una situación pueda ser positiva y agradable.
En primer lugar, hablemos de la introducción de un perro o gato por primera vez a nuestro hogar. Sin que haya presencia de otros animales en casa. Es muy necesario que el entorno sea tranquilo. No hablamos de un silencio descomunal, pero sí de que el ambiente sea lo suficientemente tranquilo para que no le de miedo explorar el hogar.
En muchas ocasiones es ideal que, en el caso de los perros, se los pasee por el nuevo entorno con su correa. Y sin problema, ir dándoles golosinas o premios, como nuestros snacks naturales, a medida que inspecciona todas las zonas. Que sienta que el lugar en el que está ahora es positivo y el hecho de estar a gusto conlleva cosas buenas como esos premios.
En el caso de los gatos, suelen ser en ocasiones más independientes. Con lo cual ellos mismos serán capaces de explorar el hogar. Aunque suele ser recomendable que el primer contacto con el hogar, sea en una habitación la cual para él vaya a ser su zona segura cuando tenga miedo, quiera descansar, esté nervioso o agobiado. Y que las primeras 24 o 48 horas esté en esa habitación con todo acomodado (el transportín abierto, su agua y comida alejado del transportín o cama, y su arenero — alejado también del descanso y la comida o agua). Esto es ideal para aquellos peludos más asustadizos. Aunque puede que si son muy exploradores, en unas pocas horas quieran salir de esa habitación para empezar a olerlo todo.
Para ellos es muy recomendable usar feromonas. Los ayuda mucho a estar más relajados. Pero en cuanto veamos que quiere explorar, es momento de dejarlo hacer. ¡Y ojo! Cuidado con aquellos más exploradores que quieren saltar por todos lados. Si no tenemos nuestro hogar protegido con red, puede ser peligroso. Así que ventanas y puertas cerradas durante su primera toma de contacto en el hogar.
Con los perros suele ser más sencillo, pues son muy sociables y les cuesta poco hacerse a su nuevo hogar. Aunque hay excepciones cuando entramos en casa a un peludo, sea gato o perro, si vienen de haber llevado una vida difícil o habiendo pasado por situaciones de mucho estrés o sufrimiento. Lo más importante es acompañarlos y ayudarlos durante su adaptación. Entendiendo que están en un momento de cambio y van a necesitar tiempo para acostumbrarse a sus nuevas normas.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando entramos a un nuevo miembro en casa habiendo ya animales en el hogar?
En el caso de los perros, lo ideal es que se conozcan con correa. Y si pueden conocerse en la calle antes de entrar en casa, ¡mejor! Cuando en la calle se han olido, es muy fácil que entren juntos. Pues es como haber hecho un nuevo amigo y traerlo a casa. Otra cosa es que empiece a pasar más tiempo en el hogar y acabe formando parte de nuestro círculo. Pero la primera toma de contacto, es ideal intentar realizarla en la calle.
Si al principio no va bien, no pasa nada. Como todos, necesitan tiempo. Que se vayan viendo en la distancia mientras se les da premio es algo que los ayuda mucho a verse como algo positivo.
En el caso de los gatos, el procedimiento es el mismo que cuando se trata de traer un nuevo felino a casa y va a estar solo. Deberá tener su propio espacio las primeras 24/48h. Donde comer, dormir y hacer sus necesidades. Si ya tenemos a un gato en casa, será más fácil que en ese espacio se vaya acostumbrando al olor (tanto el nuestro como el de nuestro gato).
Algo que se suele recomendar mucho, es entrar en casa con el transportín y dejar que los peludos que ya están en casa, huelan al nuevo miembro. Pero cuidado, porque aunque esto es algo común que puede hacerse, también es cierto que puede poner muy nervioso al gato que entramos en casa. Es algo que puede hacer que se enfade y se estrese con mucha facilidad. Por lo que lo ideal es llevarlo directamente al espacio donde estará, y que allí pueda ir oliéndolo todo.
Si antes de entrar en el hogar, ha estado con algún objeto que tenga su olor (por ejemplo con una manta), se puede usar para que el resto de peludos de casa lo huelan y empiecen a habituarse a él sin ponerse nervioso.
Lo más importante es que tanto unos como otros se habitúen de la mejor manera posible a los olores de todos, pues es la mejor forma de hacerse sentir cómodos entre ellos sin presiones, ruidos ni alterarse. Si es posible que esos olores estén antes de la introducción del nuevo miembro al hogar, mejor. Y si no es posible, sencillamente dejemos su espacio al nuevo animal que entra, y al resto de animales intentemos que estén lo más tranquilos posibles.
En muchas ocasiones es necesaria la presencia y ayuda de un educador. No es algo de lo que avergonzarse, ni nada que deba parecernos negativo. Pues todos hemos necesitado ayuda en algún momento, y hay veces en que nuestros animales también lo necesitan.
Lo que es más importante, es entender que necesitar ayuda no los convierte en animales malos, agresivos o problemáticos. Los convierte sencillamente en animales que necesitan un poco más de ayuda para estar bien al 100%. Y sobre todo, tenemos que aprender que nosotros vamos a ser gran parte de la solución al problema. No esperéis siempre que el animal cambie y vosotros no tengáis que hacerlo. El animal puede cambiar. Pero si nosotros no somos capaces de cambiar también, el cambio del animal no va a servir para nada.
0 comentarios