Panleucopenia

Publicado por Team GUAU&CAT en

Panleucopenia

Esta enfermedad es conocida por los veterinarios como FPV (Feline Panleukopenia Virus), y afecta principalmente a gatos (machos o hembras), pero ojo, ¡también a hurones! Sabemos que hay muchos conviviendo en hogares como un animal de compañía más.

Se trata de una enfermedad vírica, su agente causal es un tipo de virus denominado parvovirus. No es el mismo que afecta a los perros, pero puede provocar síntomas parecidos. Se contagia fácilmente y suele afectar en mayor medida a aquellos peludos felinos con el sistema inmunitario débil o aún inmaduro.

Las personas que conviven con gatos saben que disponen de una gran capacidad para esconder sus problemillas de salud; se trata de un instinto natural de supervivencia, para no mostrar debilidad frente a posibles enemigos o competidores. El hecho de que vivan en casa, no los aleja de ese instinto. Cuanto más fuertes se muestren, menos probabilidad de ser derrotados, pero en el caso de los domésticos, ¿por quién? ¡Si viven cómo reinas y reyes en nuestro hogar! Estas son cosas que siempre nos seguirán sorprendiendo de ellos, pero es algo que debemos tener muy presente, para estar bien alertas a cualquier síntoma o cambio de comportamiento, aunque a priori nos pueda parecer que no es nada. Si aparecen de manera continuada, no es mala idea llevarlos a una revisión veterinaria.

¿Puede afectar a mi gato? ¿Y de qué manera?

Se transmite fácilmente por contacto directo, ya sea por mordeduras entre ellos, contacto sexual, saliva, la caja de arena, compartir el cuenco de la comida… También puede transmitirse de madres gestantes a cachorros a través de la placenta.

Además, es fácil contagiar a los animales con los que convivimos, si hemos estado en contacto con alguno que tenga la enfermedad. Ya que este virus puede permanecer en nuestra ropa, calzado o manos durante períodos largos de tiempo. En definitiva, se recomienda extremar la limpieza y la desinfección si hemos estado en contacto con animales enfermos.

Panleucopenia gatos

Hay muchísimos síntomas relacionados con esta enfermedad; vómitos, diarrea, decaimiento, pérdida de apetito y peso, lesiones degenerativas, problemas digestivos, fiebre, ataxia… Estos también pueden relacionarse con otras patologías, por lo que el diagnóstico final siempre debe realizarse en un centro veterinario de confianza.

El diagnóstico se suele realizar a través de un hemograma completo, en el que se detectará una deficiencia de glóbulos blancos. También con un test ELISA, que detecta la presencia de anticuerpos contra dicho virus. También puede realizarse una PCR para determinar la presencia de ADN viral.

Y si lo tiene, ¿Qué ocurre? ¿Qué hago?

Recuerda siempre que el diagnóstico final debe hacerse en un centro veterinario. Suele presentarse más de los tres a los cinco meses de edad, ya que es el momento en el que el sistema inmune puede ser más vulnerable al estar en pleno desarrollo. Pero eso  no quita que pueda afectar en edades más avanzadas, siendo ya adultos o mayores.

Cuanto antes sea diagnosticado, ¡mejor! Ya que puede llegar a causar la muerte.

Si se detecta a tiempo, hay probabilidad de recuperación. Hoy en día, los centros veterinarios conocen bien la enfermedad, y tratarla es posible. No se hace de manera general, sino tratando cada síntoma. Normalmente se dan antibióticos para tratar infecciones secundarias, líquidos para evitar la deshidratación, fármacos para detener los vómitos e incluso se pueden realizar transfusiones de sangre.

¿Cómo puedo prevenirla?

La mejor forma es la vacunación, al menos en sus primeros meses de vida. Estas permiten el desarrollo de anticuerpos que permiten resistir al virus en caso de que se produzca un contagio. Una vez diagnosticada, se requiere de una hospitalización para contrarrestar los síntomas que, como hemos mencionado anteriormente, pueden resultar letales.

Además, como siempre, es muy importante mantener limpio el ambiente y el entorno donde convivimos con nuestros animales de compañía. Los seres humanos tenemos mejor predisposición a no contraer enfermedades, ya que no vamos lamiendo todo lo que encontramos, ni nos tiramos al suelo a revolcarnos un rato. Por no hablar de que por regla general, nos aseamos diariamente. Ellos también necesitan que, el espacio en el que están, esté aseado lo máximo posible para minimizar el riesgo de contraer enfermedades, ya sean graves o leves.

¡Superar la enfermedad supone la inmunidad frente a esta para un felino! Eso es muy positivo para que en un futuro pueda combatirla sin llegar a desarrollarla. ¡Y ojo!,  debe quedar claro que esta enfermedad no se contagia a los seres humanos, aunque eso no quita que debamos mantener un entorno saludable y limpio para que el virus no permanezca en el ambiente.

¿Cómo mantenemos un sistema inmune fuerte?

Tanto para gatos como para perros, es tan importante la vacunación de los primeros meses como lo es una buena alimentación, así como una buena higiene. Hemos hablado de estas vacunas, y también de asear el entorno, pero la alimentación también es muy importante. Pues aporta al organismo todo lo necesario para que crezcan fuertes y llenos de la energía que necesitan para poder superar cualquier obstáculo.

Obviamente, los alimentos no te salvan la vida, pero pueden ayudar a prevenir las enfermedades tanto como el resto de medidas que tomemos, o a que su desarrollo sea lo más leve posible.

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