Las orugas procesionarias o las procesionarias del pino (Thaumetopoea pityocampa) son las grandes temidas por  todas las familias con perros durante los paseos en zonas boscosas de pinos, sobre todo,  entre febrero y abril.
¿Cómo son las procesionarias y por qué son peligrosas? 
Si has tenido la suerte de no encontrarte con una o con una procesión de ellas, quizás  no las sabes identificar. Son unas orugas de color oscuro. Su cuerpo es negro con los  costados grises, y presentan unos pelitos anaranjados muy curiosos ¡y peligrosos! Para  poder identificarlas más fácilmente, suelen encontrarse en zonas boscosas que tengan  pinos cerca, ya que se alimentan en estos pinos y es donde hacen los nidos durante los fríos meses de invierno. Pero la mayor característica de estos insectos, es que suelen  juntarse en grupos y se desplazan uno tras de otro siguiendo una fila o una  hilera, pareciendo que realizan una procesión. De ahí su nombre: procesionaria. 
Estos gusanos no son peligrosos durante toda su vida, ya que realizan metamorfosis y  pasarán por una etapa donde son mariposas. Cuando son mariposas son de color gris  con aspecto de polilla. Pero cuando pasan por la etapa de oruga, tienen todo el cuerpo  recubierto de los peligrosos pelitos que las protegen. Sí, estos pelitos las protegen de  depredadores, ya que están cubiertos de una toxina que causa una reacción de tipo  alérgica cuando entra en contacto con cualquier otro animal. 
Estos pelos pueden parecer inofensivos si nos mantenemos alejados de las orugas. Pero  aunque nos mantengamos a una distancia prudente, no estamos siempre a salvo. Los  pelitos pueden viajar algunos metros con el viento y llegar a nosotros. Esto suele ocurrir  en zonas boscosas de pinos. 
