Vaciar las glándulas anales de mi perro ¿Sí o no?
Seguramente habrás escuchado que hay gente que les vacía las glándulas anales a sus perros. A veces lo hacen ellos mismos, o a veces, se lo hacen cuando los llevan a la peluquería (ya que no es un tema muy agradable, pero sí importante para su salud). Y la gran pregunta: ¿Es realmente necesario vaciar las glándulas anales a mi perro?
Vamos por partes. Las glándulas anales o, los también llamados, sacos anales, son dos glándulas en forma de saco, que tienen los perros (ojo que también las tienen otros animales como los gatos y los hurones) a ambos lados del ano, a los lados del esfínter interno, justo bajo la piel. Estas glándulas tienen una medida de entre 1 y 3cm aproximadamente, según el tamaño del animal, y acumulan una substancia.
Dentro de los sacos anales, se secreta y acumula una substancia que presenta un olor muy fuerte y característico (también algo desagradable) de cada perrito. Así, cuando ellos hacen cacas, van esparciendo junto a ellas este líquido, para dejar su olor característico en las zonas por las que pasan. Seguro que habréis visto algún perrito hacer caca y luego querer esparcirla con sus patitas traseras dando “patadas”. ¡Eso es que quiere esparcir aún más su olor! ¿Y quién no habrá visto a dos perritos oliéndose el culito? Buscan ese potente estímulo olfativo del otro, que encuentran más concentrado en estas glándulas.
Pero esta no es la única función de los sacos anales. El líquido que secretan ayuda a lubricar las heces cuando pasan por la última parte del digestivo, el recto; para que así salgan más fácilmente. Esta substancia puede tener distinta naturaleza según la alimentación, la vida, y la genética de cada perro. Veremos que puede tener una coloración desde amarillenta hasta grisácea pasando por otros tonos como el verde o marrón. También su consistencia puede ser muy distinta, la podemos encontrar desde líquida con textura aceitosa hasta a tener consistencia sólida.
Después de esta breve introducción, hemos entendido que estas glándulas están ahí porque tienen su función, y de la misma forma que están, también se deberían vaciar solas de forma natural, pero no siempre ocurre. Lo normal sería que la substancia de las glándulas fuera siempre líquida y fuera saliendo a la vez que el perrito va defecando. Aunque muchas veces, esta substancia no consigue salir porque la heces son muy blandas y no presionan la glándula para que vaya excretando el líquido. Entonces esa substancia líquida empieza a coger una consistencia más sólida y es más difícil que acabe saliendo. En esos casos, es cuando nuestro perrito sí que necesita ayuda, y debemos vaciarle manualmente las glándulas. Pero si las vacía por si solo, no necesitará un vaciado manual.
¿Y cómo sé si mi perro necesita un vaciado de glándulas?
Él te lo hará saber porque muestran signos de molestia. Aunque lo mejor siempre es consultar a tu veterinario para que te lo confirme. Algunos de los signos más frecuentes que puede mostrar tu perrito son: Lamido excesivo de la zona del ano y arrastrar el trasero por el suelo con frecuencia.
Si los sacos no se vacían y pasan mucho tiempo llenos, se pueden llegar a inflamar o infectar. Entonces veremos que nuestro perrito está apático, tiene fiebre, e incluso que le supura la zona. Cuando la situación se complica, pueden surgir distintos problemas como infección, abscesos, quistes, fístulas,... En estos casos hay que visitar al veterinario para que evalúe cual es el mejor tratamiento, y nunca intentar de vaciar nosotros mismos las glándulas.
Si ya sé que necesita vaciado ¿Cómo vacío sus glándulas?
La primera opción es que lo haga un especialista como un veterinario o un peluquero canino, ya que es una tarea que ellos hacen a diario.
Y la segunda opción es que lo hagamos en casa. Te recomiendo que te coloques en la bañera o ducha, o en la terraza si la tienes. También puedes hacerte con un par de guantes y buscar ayuda de una segunda persona porque no les suele gustar este procedimiento a los perritos que no están acostumbrados.
Primero de todo, localizaremos los sacos anales, para hacerlo hay que levantar la cola del perrito con cuidado, y palparemos la zona alrededor del ano, hasta notar las pequeñas glándulas, encontraremos una en cada lado del ano (más tirando hacía la zona de abajo). Cuando tengamos las glándulas localizadas, es importante que no pongamos la cara ni nada delante, y aplicaremos presión para que salga el contenido por el ano. ¡Suele oler muy mal y no suele ser nada agradable! Si tu veterinario o ATV te pueden mostrar cómo hacerlo, mucho mejor, ya que las encontrarás más fácilmente.
La frecuencia con la que debemos hacer el vaciado de glándulas variará mucho, dependiendo de la genética del perro (algunos tienen las glándulas muy profundas y les cuesta vaciar por si solos), de la alimentación y de otros muchos factores. Algunos perritos lo necesitarán cada 15 días o cada mes, y otros solo puntualmente.
¿Y cómo puedo mejorar su dieta para que no haga falta vaciado?
Lo mejor será una dieta natural como los platos Guau&Cat, ya que sería la que tienen en la naturaleza, donde no necesitan vaciado de glándulas. Pero algunos perros que tienen dificultades con el vaciado de glándulas, puede ser de gran ayuda darles una dosis extra de fibra en la dieta. La fibra hace que las heces salgan con la consistencia perfecta pero sin dificultad, y así expanden el ano vaciando los sacos anales. Esa dosis extra de fibra, la pueden necesitar porque en la naturaleza se comen el pelo de las presas que es muy rico en fibra. Así que ¡Puedes también ayudarles dándole snacks con pelo, como buenas orejas de conejo con pelo!
¿Habéis tenido que vaciar nunca las glándulas de vuestro perrito u gatito, o no ha sido nunca necesario? ¿Os ha costado? Os leemos.