Mi perro no quiere comer: cuando se pierde el apetito

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Es posible que si nuestro perrito pierde el apetito, nos asustemos y entremos en pánico. Hay peluditos que son muy glotones. Aunque muchas veces nos puede indicar que algo no va bien, no siempre tiene porque ser un signo de alarma.

Hay varios motivos por los que un perrito puede llegar a perder el apetito y dejar de tener hambre o dejar de pedirnos comida. Vamos a ver algunos motivos por los que pueden perder el apetito y si son alarmantes o no.

Razones comunes por las que los perros pueden perder el apetito:

  1. Calor Excesivo: Al igual que nosotros, los perros pueden sentirse menos inclinados a comer cuando hace mucho calor. El calor puede reducir su apetito y hacer que se sientan más letárgicos. Esto es muy frecuente en verano, y es debido a que el cuerpo está centrado en termorregular correctamente perdiendo calor y “sudando” para no sobrecalentarse. Cuando se hace la digestión, se genera calor y, fisiológicamente cuando hace mucho calor se puede perder el apetito ya que no ayuda a termorregular.
  2. Cambio de rutinas: En vacaciones, después de mudanzas, o en otras circunstancias que impliquen un gran cambio de rutinas, los perros se pueden sentir incómodos o desorientados. Esto puede hacer que el hecho de comer pase en segundo plano, ya que se está alterando la rutina diaria y la rutina de comida.
  3. Estrés por ruidos y fuegos artificiales: Los ruidos fuertes y los fuegos artificiales pueden estresar y poner nerviosos a algunos perros, lo que puede afectar su apetito. Esto también pasa en cualquier otra situación de estrés, ya puede ser estrés puntual por algún hecho, o bien estrés crónico por alguna circunstancia que esté viviendo el perrito.
  4. Problemas de Salud: Algunas patologías o algunos problemas de salud pueden afectar leve o gravemente el apetito de los perros. En este caso, una falta de apetito puede ser un signo de alerta que nos haga reaccionar. Ante este caso deberíamos visitar al veterinario. Por esto, si descartas cualquier otra causa de la falta de apetito como el calor o estrés, lo mejor será acudir a tu veterinario para realizar una revisión completa y descartar enfermedades. Algunas de las enfermedades que pueden causar una pérdida del apetito son: problemas digestivos como gastroenteritis o alergias, Leishmaniosis u otras enfermedades parasitarias, enfermedades sistémicas que debilitan como un cáncer o una enfermedad renal crónica,…
  5. Preferencias: Hay perritos que son más selectivos con la comida. Alguna comida en concreto puede no gustarles y no suelen ser perros que se sientan motivados con los alimentos. A veces, puede ser que no les guste el pienso, o bien que prefieren la comida de "humanos" ya que está más aliñada. Es importante que el perrito coma y que sea de forma equilibrada, así que puedes probar con comida natural específica para eso.

Consejos para estimular el apetito de tu perro:

Si sabes que tu peludo ha perdido el apetito por el calor o por un momento puntual de estrés, podemos ayudarle a que se mantenga nutrido y sobre todo hidratado.

  1. Proporciona agua fresca y accesible: Mantén siempre agua fresca y limpia disponible para tu perro. Puedes añadirle hielo o mantenerla en un lugar fresco para mantenerla fría. También hay que tener en cuenta que, en algunas ocasiones, se va a perder el apetito pero no las ganas de beber.
  2. Horarios de comida regulares: Intenta mantener los horarios de comida regulares, incluso en verano. El hecho de tener una rutina les va bien, y tener un horario establecido puede ayudar a estimular su apetito en determinadas horas.
  3. Opta por comidas más frescas y ligeras: Sobre todo, en verano, ofrécele comidas más frescas y ligeras. Puedes probar alimentos fríos o añadir ingredientes apetitosos, como trozos de frutas que sean aptas para los perros. Además, con fruta también los mantendremos hidratados.
  4. Evita darle la comida durante las horas más calurosas o los momentos de estrés: Elige momentos más frescos del día, como la mañana temprano o la noche, para ofrecer la comida a tu perro. Y ofrécele la comida en momentos en los que esté relajado y se sienta seguro. Si le dan miedo los ruidos fuertes, no va a comer mientras tiran fuegos artificiales.
  5. Crea un ambiente agradable y donde se siente seguro: Si tu perro está estresado por ruidos fuertes o fuegos artificiales, crea un ambiente tranquilo y cómodo para sus comidas. Puedes usar música suave o ruidos blancos para enmascarar los sonidos externos. Además, es muy importante que se siente seguro para comer. Si siente que un sitio no es seguro, no va a comer ya que mientras come puede ser un momento de vulnerabilidad.
  6. Evita alimentos calientes o pesados: En días calurosos y que no tenga apetito, evita darle alimentos calientes o que sean difíciles de digerir, ya que estos pueden aumentar su incomodidad y, por lo tanto, no va a querer comer.
  7. Recompensas y refuerzo positivo: Puedes utilizar recompensas y refuerzo positivo para motivar a tu perrito a comer. Puedes ofrecerle snacks o premios que sean sanos, si así empieza a comer.
  8. Consulta con un nutricionista canino: Si estás preocupado por la dieta de tu perro o necesitas orientación sobre qué alimentos son más adecuados en verano y en épocas especiales, considera realizar una consulta con un especialista en nutrición canina para que pueda orientarte y adaptar su dieta en momentos de necesidad.
  9. Consulta con el Veterinario: Si la falta de apetito no va relacionada con el calor ni con momentos de estrés, y persiste. O notas otros síntomas, como vómitos o diarrea, es importante que lo lleves al veterinario para que puedan hacer una revisión y las pruebas necesarias para descartar una situación grave, o bien para poder diagnosticar y tratar lo que le pueda estar pasando.

En algunas ocasiones, puede ser normal que algunos perros pierdan el apetito debido al calor, cambios en la rutina o factores estresantes. Sin embargo, es importante asegurarse de que reciben la nutrición adecuada y se mantengan hidratados. Si la perdida de apetito no va relacionada con el calor, estrés o cambios en la rutina, o bien persiste, o hay otros síntomas preocupantes, no dudes en consultar un veterinario para poder asegurar una buena salud de tu peludo.

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