Protección de recursos o agresividad por los snacks o comida

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¿Te ha ocurrido en alguna ocasión de acercarte a un perrito o gatito mientras está comiendo o lleva su snack favorito en la boca, y que te enseñe los dientes o te gruña? Eso NO significa que este peludo, en concreto, sea agresivo y vaya a morderte; eso es porque está protegiendo su comida o su snack. 

Este hecho ocurre cuando el animal considera que lo que lleva en la boca, entre las patas  o lo que se está comiendo, es un recurso de gran valor; y, por lo tanto, no quiere perderlo, es su “gran tesoro”. Imagínate que te estás comiendo tu pizza favorita y, de repente, llega  alguien, y te la quita de la boca o de las manos; por lo menos se llevará un par de gritos  (incluso algún insulto, jeje). 

La situación que acabamos de describir se llama protección de recursos; y puede ocurrir  con cualquier elemento, ya sea su cama, su juguete favorito o incluso una persona. Pero  tiende a ocurrir mucho con la comida y con sus snacks favoritos. Esta protección de  recursos la puede mostrar cuando se acerca una persona u otro perro.  

¿Qué significa? ¿Por qué lo hace? 

Durante este comportamiento, en el que nos gruñe o nos enseña los dientes, el perrito o  gatito nos está diciendo: “Aléjate de mí y de mi comida porque tiene mucho valor, y no me  siento cómodo contigo cerca”. Puede ser que desconfíe de perder su comida o snack, y quiera comérselo tranquilamente él solo y aislado. Pero también puede ser un comportamiento indeseado para nosotros porque si nos acercamos o alguien se acerca sin querer e invade su espacio personal de forma involuntaria, puede acabar en algo más que un gruñido, podría acabar en una mordida o en un marcaje con los dientes. perro protección recursos

¿Cómo puedo evitarlo? 

Si detectamos que este comportamiento empieza a ocurrir habitualmente, y el perro o gato  se empiezan a poner tensos en situaciones del día a día; como cuando le llenamos el plato  de su comida favorita, o bien cuando le damos un snack, deberemos empezar a prestar  atención y buscar una gestión y solución a este problema antes de que pueda ir a más. 

Lo primero que hay que hacer es conocer a nuestro peludito y avanzarnos a los gruñidos,  entendiendo su lenguaje corporal. Antes de que un perrito nos enseñe sus dientes o nos gruña, suele mostrar otras señales de incomodidad. Estas señales son tensión y rigidez. 

Veremos cómo se muestra muy quieto en tensión, e incluso con su cuerpo oculta o protege  ese recurso (comida o snacks). También lo podemos ver mirándonos fijamente o de reojo,  mientras vigilan que no nos acerquemos más y no rompamos su espacio “de seguridad . 

Si ha llegado el punto, en el que ya muestra esta protección de recursos frente a la comida o los snacks, NO debemos ir nunca a quitárselo del plato o de la boca. Si hiciéramos esto,  estaríamos potenciando su desconfianza hacia nosotros y estimulando aún más esta  protección de recursos. Con ese gesto podríamos llegar a situaciones límite como que nos  llegue a morder. Es por eso, que si nos encontramos frente a esta situación, debemos proporcionarle su espacio, se debe sentir seguro mientras está comiendo. Si nos hemos  acercado demasiado sin querer o hemos hecho un gesto que ha desencadenado un  gruñido, deberemos retroceder y evitar repetir esta acción que lo ha hecho sentir inseguro  frente a su recurso que protege. Además es muy importante que si nuestro peludo nos ha  gruñido o nos ha llegado a enseñar sus dientes, no le castiguemos ni lo riñamos, ya que  castigar el comportamiento de “aviso” hará que la próxima vez no avise y directamente  se pueda tirar a morder, lo que sería una situación muy crítica por no poder prevenir su  incomodidad antes de tiempo. 

Suele ser habitual, en perros o gatos adoptados que han pasado hambre, que ahora muestren esta protección de recursos frente a su comida. Para evitar estas situaciones, lo podemos trabajar. Con algunas órdenes que sepa nuestro peludo, será más fácil gestionar  estas situaciones. Podemos enseñarle algunas órdenes como “suelta”, “deja”, “ quieto”,.. que nos ayudarán a no acercarnos a él y respetar sus tiempos y su espacio mientras se encuentran en una situación de protección de recursos. Si solo muestra  protección de recursos por un snacks o un producto en concreto, podemos evitar dárselo  hasta que solucionemos la situación para no agravar más el problema. Además si, por  ejemplo, vamos por la calle y coge algún trozo de comida o basura que le parece un tesoro, y muestra protección de recursos, por mucho que queramos que lo suelte, NO podemos  acercarnos a él porque seguramente empeoraremos la situación. En estos casos,  podríamos llevar un juguete o su snack favorito para ofrecérselo y cambiárselo por la  basura que ha cogido, así estaremos evitando el conflicto y no romperemos más la  confianza que tiene con nosotros. 

Debemos conocer los límites de nuestro perro o gato y saber respetarlos. En el caso de  que estos límites no se correspondan con llevar una vida cotidiana tranquila y sin peligro para los miembros de la familia y otras personas y animales, lo mejor será buscar a un  profesional educador canino o felino, o un veterinario etólogo para que nos ayude a mejorar  y a potenciar la adaptación a estas situaciones críticas. 

Con pautas de un profesional, y con paciencia y constancia, podremos ayudar a nuestro  peludo a superar esta protección de recursos y así, podremos construir un ambiente  familiar tranquilo, feliz y seguro para toda la familia multiespecie.

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