Cómo enseñar a un cachorro a hacer sus necesidades en la calle
Uno de los temas que genera más incertidumbre cuando llega un cachorro a casa es dónde hará pipí y caca. Es completamente normal, sobre todo si somos primerizos, que nos surjan dudas sobre cómo enseñar a nuestro cachorro a entender que existe un lugar adecuado para hacer sus necesidades.
Durante las primeras semanas, los cachorros aún no tienen la capacidad física para controlar sus esfínteres. Por eso, si hacen sus necesidades fuera de lugar, no es por mala intención, venganza o rebeldía; simplemente no han aprendido dónde deben hacerlo y su cuerpo aún no está preparado para aguantar.
En esta etapa, lo importante es generar experiencias positivas, establecer rutinas claras y evitar los castigos, que solo provocan miedo y confusión. En este artículo veremos cómo identificar los momentos clave y cómo organizar las rutinas para facilitar el aprendizaje. También hablaremos de la preparación previa dentro de casa, de cómo reaccionar ante posibles fallos y de cómo hacer la transición a la calle.

¿Por qué mi cachorro aún no controla el pipí?
Principalmente, porque no es capaz de "aguantarse", aunque quiera. Durante sus primeros meses, el cachorro está en pleno desarrollo y sus sistemas nervioso y muscular aún no controlan completamente los esfínteres.
Aunque los tiempos varían según el cachorro, a medida que crece empieza a reconocer las señales de que necesita evacuar. Con una guía adecuada, podrá asociar estos impulsos con momentos específicos del día y lugares concretos.
Para lograr el resultado deseado, es fundamental acompañar al cachorro sin exigirle y entender que los “fallos” son parte del proceso. Depende de nosotros facilitar su aprendizaje estableciendo pautas claras y coherentes.
Rutinas y horarios: cuándo es más probable que tu cachorro necesite evacuar
Cada cachorro tiene su ritmo, pero hay momentos del día en que es más probable que necesite hacer pipí o caca. Conocerlos y anticiparse es clave para facilitar el aprendizaje:
- Al despertarse, por la mañana o después de una siesta.
- Justo después de comer o beber, porque se activa el sistema digestivo.
- Tras momentos de mucha emoción, como después de jugar intensamente o al saludar a alguien.
- Después de hacer ejercicio o pasear, incluso si ya lo ha hecho antes.
Otro truco es observar sus señales y adelantarse. Por ejemplo, si olisquea intensamente, da vueltas, está nervioso o se detiene repentinamente, probablemente está buscando dónde hacer sus necesidades.
Si lo llevamos al lugar adecuado antes de estos momentos clave y esperamos sin molestar, aumentamos las probabilidades de éxito. Además, establecer una rutina predecible de comidas, descanso y salidas ayuda a que el cachorro comprenda mejor el ritmo del día y aprenda más rápido.
Antes de poder salir a la calle: preparación previa
Muchos cachorros llegan a casa antes de tener todas las vacunas y no pueden salir con normalidad a la calle. Sin embargo, el entrenamiento higiénico debe empezar desde el primer día, enfocándonos en crear una base para que entienda que existen lugares adecuados para hacer pipí y caca. Así evitaremos confusiones y facilitaremos la transición a la calle.
Preparación y entrenamiento de la zona higiénica en casa
Mientras el cachorro no puede aguantar ni salir a pasear, es fundamental definir una zona específica dentro de casa donde pueda hacer sus necesidades. Este espacio debe estar limpio, accesible, tranquilo y bien diferenciado de donde duerme, juega o come.
Al principio, lo ideal es elegir un lugar dentro de su habitación o patio, con suelo fácil de limpiar y que no sea zona de paso. Coloca varios empapadores que absorban bien y no se desplacen con facilidad, cubriendo gran parte del espacio para identificar sus zonas favoritas.
Cómo enseñar a un cachorro a usar empapador
- Con la zona lista, lleva al cachorro a los empapadores en los momentos clave: al despertarse, después de comer o jugar...
- Quédate con él un rato, sin presionarlo. Si hace pipí o caca, felicítalo con alegría y ofrece un premio de comida. Si no hace nada, inténtalo un poco más tarde.
- Poco a poco, irás observando sus preferencias. Entonces, puedes empezar a retirar los empapadores de las zonas que no usa y quedarte solo con las esenciales. Si vuelve a fallar, vuelve a cubrir la zona un tiempo más.
Recuerda que el empapador es una herramienta de transición para facilitar el aprendizaje mientras no podemos salir, pero debe ir acompañado de rutinas, refuerzos positivos y un plan para retirarlos progresivamente cuando el cachorro esté preparado para hacer sus necesidades fuera.

Transición al exterior: primeros pipís en la calle
Cuando podemos salir con nuestro cachorro a la calle, es momento de reforzar las conductas higiénicas en el exterior. Es habitual que en los primeros paseos el cachorro se sienta abrumado por los estímulos nuevos y prefiera aguantar hasta llegar a casa, que es un lugar seguro.
Por eso, es fundamental acompañarlo con calma, sin prisas y con mucha observación. Aquí algunos consejos para facilitar el proceso:
- Baja varias veces al día, sin necesidad de grandes excursiones, solo paseos higiénicos. Especialmente en los momentos clave: al despertar, después de comer o jugar.
- Elige un lugar tranquilo y seguro al inicio del paseo (como un árbol o un césped) al que puedas volver al final.
- Intenta que sea un lugar sin muchas distracciones ni ruidos que puedan asustarle.
- Dale tiempo para explorar y sentirse seguro; puede que no haga nada en el primer intento.
- Celebra con voz suave, caricias y algo de comida cada vez que lo haga fuera, para reforzar la conducta.
- Si no hace nada en la calle y lo hace al llegar a casa en el empapador, es probable que no se haya sentido lo suficientemente confiado fuera; paciencia.
- No salgas solo para paseos higiénicos, para evitar que aprenda a aguantar el pis para que el paseo no termine rápido. Asegúrate de que el paseo sea una experiencia enriquecedora con interacciones sociales, olfateo, relajación y juego.
Transición al exterior: primeros pipís en la calle
Cuando podemos salir con nuestro cachorro a la calle, es momento de reforzar las conductas higiénicas en el exterior. Es habitual que en los primeros paseos el cachorro se sienta abrumado por los estímulos nuevos y prefiera aguantar hasta llegar a casa, que es un lugar seguro.
Por eso, es fundamental acompañarlo con calma, sin prisas y con mucha observación. Aquí algunos consejos para facilitar el proceso:
- Baja varias veces al día, sin necesidad de grandes excursiones, solo paseos higiénicos. Especialmente en los momentos clave: al despertar, después de comer o jugar.
- Elige un lugar tranquilo y seguro al inicio del paseo (como un árbol o un césped) al que puedas volver al final.
- Intenta que sea un lugar sin muchas distracciones ni ruidos que puedan asustarle.
- Dale tiempo para explorar y sentirse seguro; puede que no haga nada en el primer intento.
- Celebra con voz suave, caricias y algo de comida cada vez que lo haga fuera, para reforzar la conducta.
- Si no hace nada en la calle y lo hace al llegar a casa en el empapador, es probable que no se haya sentido lo suficientemente confiado fuera; paciencia.
- No salgas solo para paseos higiénicos, para evitar que aprenda a aguantar el pis para que el paseo no termine rápido. Asegúrate de que el paseo sea una experiencia enriquecedora con interacciones sociales, olfateo, relajación y juego.
¿Y si falla? Educación y limpieza
Los errores son parte del aprendizaje y es normal que haya algún pipí o caca fuera de lugar. El cachorro no lo hace “mal” ni “a propósito”, simplemente está aprendiendo y puede que no haya llegado a tiempo, no lo haya entendido o que no hayamos sabido anticiparnos.
Si falla, no digas nada ni lo riñas o castigues, aunque creas que “sabe lo que ha hecho”, no es así. El castigo solo genera confusión, miedo y que el cachorro se esconda para hacer pis sin que lo veas. Es vital evitar esto y que se sienta seguro de hacer sus necesidades delante nuestro.
También es importante limpiar bien la zona con productos enzimáticos que eliminan por completo feromonas y olor.
Valora si hemos estado atentos a sus señales, si lo hemos acompañado al lugar adecuado en el momento justo o si tenía acceso a la zona correcta. Recuerda que es un proceso progresivo y cada cachorro tiene su ritmo para desarrollar el control de esfínteres.

Errores comunes a evitar
Por creencias o desconocimiento, es fácil cometer errores que dificultan el aprendizaje o generan inseguridad. Algunos de los más habituales son:
- Castigar o regañar cuando se equivoca: genera miedo y confusión. El cachorro no entiende que hizo algo “mal”, solo que estás enfadado, lo que puede llevarlo a esconderse o aguantar más por miedo.
- Querer acelerar el proceso: cada cachorro tiene su ritmo. Las rutinas, anticipación y constancia son más efectivas que la prisa.
- No anticiparse a los momentos clave: muchos “fallos” ocurren por falta de atención a señales o a situaciones donde es probable que necesite evacuar.
- Cambiar constantemente de lugar el empapador o reducir el espacio muy rápido: confunde al cachorro. Necesita estructura, claridad y coherencia.
- Reforzar con excesiva excitación o fuera de tiempo: el refuerzo debe ser alegre y en el momento justo para que entienda qué hizo bien.
- Seguir al cachorro con el empapador en la mano: confunde y no ayuda a asociar un lugar fijo. Además, puede generar inseguridad.
- Limpiar con lejía u otros productos no específicos: no eliminan totalmente el olor para el olfato canino y pueden atraerlo a repetir en ese sitio. Usa siempre limpiadores enzimáticos.
Cuándo consultar con un profesional
La mayoría de los cachorros llegan a aprender a hacer sus necesidades en el lugar adecuado con paciencia, constancia y buenas rutinas. Pero algunas veces, el proceso puede complicarse y aparecen situaciones en las que se necesita ayuda de un profesional. Aquí te dejamos algunas situaciones o señales, que salen de lo habitual, en las que puede ser útil pedir apoyo a un profesional del comportamiento canino:
- Tu cachorro parece inseguro o incómodo al hacer pis o caca, incluso cuando está en el lugar correcto.
- Evita hacer sus necesidades en la calle y espera a volver a casa.
- Se esconde para hacer pipí o caca.
- Empieza a comerse sus cacas (coprofagia).
- No hay progresos con el paso de las semanas o meses, a pesar de seguir rutinas y consejos adecuados.
También es importante consultar con tu veterinario si notas algo extraño en la frecuencia, consistencia o comportamiento durante la evacuación, ya que algunos problemas físicos pueden estar interfiriendo en el aprendizaje.
Preguntas frecuentes sobre educación higiénica en cachorros
¿Cuánto tarda un cachorro en aprender a hacer pipí en la calle?
Cada cachorro tiene su ritmo, pero en general pueden tardar entre 4 y 6 semanas en establecer un buen hábito, si hay constancia y refuerzo positivo.
¿Puedo enseñar a un cachorro a hacer pipí fuera si vive en un piso?
¡Por supuesto! Lo importante es mantener rutinas de salida frecuentes, tener paciencia y reforzar siempre que lo haga fuera. Muchos cachorros de ciudad aprenden con éxito.
¿A qué edad puedo quitar los empapadores?
Dependerá del cachorro, pero suele hacerse cuando ya puede salir con normalidad y muestra preferencia por hacer sus necesidades en la calle. La transición debe ser progresiva.
¿Por qué mi cachorro hace pis justo después de entrar en casa?
Es muy habitual si no se ha sentido cómodo durante el paseo. Dale más tiempo fuera, elige sitios tranquilos y asegúrate de no interrumpirle si parece que está a punto.
Conclusión
Acompañar a un cachorro en este proceso no siempre es fácil, pero con paciencia, rutinas y empatía, se convierte en una parte más de su aprendizaje. Es habitual que este proceso no sea lineal, habrá días de avances y otros en los que parezca que vamos hacia atrás, es normal. Lo más importante es crear un entorno donde tu perro se sienta seguro para aprender poco a poco, sin miedo, hasta conseguir el objetivo.
Cada familia encuentra sus propios trucos, lo esencial es tener herramientas y criterio para adaptarse a las distintas situaciones. No hay una única manera de hacerlo bien, pero sí muchas que pueden dificultar el proceso de aprendizaje. Al final, la clave para educar a un cachorro feliz es construir una base segura y sólida desde el principio.