Juguetes peligrosos para perros
¿Hay juguetes peligrosos para nuestros perros? Aunque se nos pueda pasar por alto, hay juguetes que pueden resultar peligrosos y otros que son más seguros. Al igual que pasa con los niños, que según su edad y su forma de juego, no todos los juguetes pueden ser adecuados, lo mismo pasa con los perros y con los gatos.
Los palos: un arma de doble filo
¿Verdad que los palos son nuestro mejor amigo cuando vamos a dar un paseo con nuestro perro y tiene ganas de jugar pero no nos hemos llevado ningún juguete? Siempre los encontramos, de distintos tamaños y formas, y nuestros perros se entretienen una barbaridad con ellos, ya sea tirándolos e yéndolos a recoger, o bien masticándolos tranquilamente sentados en el parque. Pero no todo pueden ser cosas buenas; según el tamaño del palo y de la boca de nuestro perrito, pueden no ser adecuados. En este caso, sería un poco peligroso tirarle un palo de unos 6cm. a un Golden Retriever, a un Braco de Weimar o a un perro de tamaño similar. Por su tamaño grande, si les damos un palo pequeño, que les cabe perfectamente en la boca tenemos dos riesgos: El primer riesgo es que ese palo de 6cm., se lo puedan llegar a tragar entero. Pasando por el esófago, estómago e intestino de un perrito puede acabar, como resultado, en una cirugía de urgencia, y en el peor de los casos en una situación fatal. El segundo riesgo que tenemos es que ese palito se astille (porque lo pueden morder muy fácilmente y romper), y una de las astillas acabe clavándose en su boca o, que un palo pequeño quede cruzado en el paladar. Además, encontramos muchos tipos de palos según su naturaleza. Las cañas, de por ejemplo el Arundo, pueden ser de los palos más peligrosos porque están huecas por dentro y con un poquito de fuerza ya se rompen, astillándose mucho y siendo estas astillas un gran riesgo. En término medio encontramos la mayoría de palos de los árboles más comunes, como del Platanero de sombra, el Pino piñonero,... En estos casos, se requiere un poco más de fuerza pero el perro puede llegar a romperlos y crear alguna astilla. Los palos más seguros serían los que son más macizos, de árboles que pueden hacer madera y son más difíciles de astillarse, como el Olivo o el Abedul, aunque no están exentos de un mínimo riesgo. Así que, los palos que encontramos por la calle serían un juguete a evitar, pero si aún así, quieres dar palos a tu peludo, asegúrate que el palo sea mucho más grande que su boca para que sean adecuados a su dentadura y su cavidad bucal para evitar tragárselos y, sobre todo, que no vayan a generar las tan peligrosas astillas. Y, si tenemos un cachorro, con necesidad de morder y destruir cosas, le podemos ofrecer palos de madera de olivo, que ya vienen preparados y limados para perros o bien sustituirlo por una asta de ciervo, que tienen una contundencia muy parecida.
Las temidas en los paseos: las piedras.
Algunos tienen una verdadera obsesión con ellas, las cogen, las muerden, las tiran, las vuelven a coger,... El primer peligro de las piedras, es que algunos de estos perros, aparte de jugar con ellas, se las acaban tragando. Algunos peludos se obsesionan tanto con ellas que se las van a comer. Esto puede generar una obstrucción intestinal, que puede acabar con tu peludo ingresado en el hospital. El segundo peligro, y no menos importante, es que las piedras son muy duras, más duras incluso que los dientes de nuestros perros, por eso, van a generar un gran desgaste de la dentadura de nuestros perros, que al principio no es evidente, pero con el tiempo se empiezan a ver los dientes más planitos, dificultándoles la normal masticación a la hora de comer. Como recomendación, nunca empecéis a tirarles piedras a vuestros perros, ya que después será mucho más complicado parar la conducta de buscar y morder piedras.
Las pelotas: un lobo con piel de cordero
Otro juguete muy peligroso, son las pelotas. Y me diréis “¿Cómo que las pelotas son peligrosas?”. Pues sí, las pelotas pueden llegar a ser peligrosas. A la mayoría de perros les gustan las pelotas y disfrutan jugando con ellas entretenidos horas y horas (¡Incluso muchos gatos también lo hacen!); pero eso no las deja exentas de ser un juguete peligroso, si no se usan adecuadamente. El peligro más evidente de las pelotas, es el riesgo de atragantamiento. Por lo tanto, lo más importante será... ¡el tamaño de estas! Las pelotas que damos a nuestros perros tendrán que ser lo suficiente grandes para que nunca se las puedan llegar a tragar o se puedan ahogar con ellas. Desgraciadamente, no sería la primera vez que ocurre... Además también son peligrosas las pelotas que contienen cascabeles u otro tipo de sonidos y objetos dentro. Sabemos que nuestros peludos son unos destructores y pueden llegar a hacer añicos la pelota, con tal de conseguir lo que hay dentro. Y los trocitos de pelota y lo de dentro, pueden acabar en su estómago. ¡O peor! Pueden acabar provocándoles una obstrucción o ahogamiento. Así que, ¡mucho cuidado y supervisión con las pelotas! Con las pelotas existe otro riesgo que no es tan evidente, y es la fácil obsesión que pueden llegar a tener algunos perros con ellas. ¿No habéis visto a veces algunos perros que tienen la necesidad de jugar con ellas 24 horas al día? ¿Que no se pueden cruzar con niños que juegan a pelota porque se tiran encima de ella? ¿Que en el parque no quieren ni saludar a otros perros porque prefieren estar con la pelota? Nos podría parecer un comportamiento hasta bueno porque pasan muchas horas entretenidos jugando, pero no es positivo tener ninguna obsesión. Estas obsesiones les pueden generar mucha ansiedad, y sobre todo, mucha frustración cuando no puedan conseguir la pelota. Así que ¡no dejéis que vuestros perros se obsesionen y jueguen todo el día con la pelota! Lo mejor es combinar distintos tipos de juegos y no tener todo el día la pelota su disposición. Hablando de pelotas, también tenemos que vigilarlas en gatos. A algunos de ellos les gustan, sobre todo si llevan un cascabel o algo que haga ruido dentro ¡Y también pueden llegar a obsesionarse! Pasa lo mismo que con los perros. La mejor opción es el juego con moderación, y no dejar la pelota a su disposición durante todo el día.
Con los huesos carnosos hay que vigilar también.
Son un autentico manjar para ellos, solo hay que ver cómo los disfrutan ¿Verdad? Pero tenemos que escoger siempre el hueso carnoso perfecto y adecuado para ellos. El hueso carnoso debe ser más grande que su boca para que no puedan tragarlo entero, así evitamos ahogamientos. Además, debe estar crudo y previamente congelado. Para evitar todo este tipo de situaciones peligrosas, lo mejor es que el juego, ya sea con pelota, con palo, con hueso carnoso, con cuerdas, peluches,... Sea siempre bajo la supervisión de un humano, pendiente de cualquier riesgo que pueda surgir ¡Y para poder actuar a tiempo! La supervisión nos permitirá retirar el juguete cuando este ya no sea seguro. Por último, tenemos que destacar lo más importante: Si no queremos que nuestros peludos destrocen el mobiliario o enseres personales de nuestro hogar y lo usen como su entretenimiento, es importante que los enseñemos a jugar con juguetes aptos para ellos. Debemos premiar sus momentos de juego y no regañarlos cuando lo hagan mal, sino redirigirlo a lo que nosotros consideramos que es el juego correcto. ¿Crees que hay algún juguete que es también peligroso y sería digno de mención? ¡Déjalo en un comentario! La experiencia de los demás siempre puede ayudar a otros.