¿Qué necesita un cachorro de Border Collie para crecer sano y feliz?
La crianza de cualquier cachorro va mucho más allá de darle comida, algunos mimos y sacarlo a pasear. Es una etapa crucial en la que se forman las bases físicas, emocionales y sociales que establecerán su personalidad adulta. Hay varios aspectos clave que debemos tener en cuenta:
1. Alimentación de calidad y adaptada a su edad:
Durante el crecimiento, su cuerpo necesita mucha energía y nutrientes para desarrollarse correctamente. Es fundamental escoger una alimentación específica para cachorros, de calidad, completa y equilibrada, como la que ofrecemos en Guau&Cat, por ejemplo, nuestro Menú de Cachorros, siempre con el acompañamiento de un profesional que te pueda orientar según las necesidades de tu cachorro (contacta con nuestro equipo de asesoras nutricionales). Además, es muy importante ajustar las raciones a medida que el cachorro crece. Sus necesidades cambian rápido, y una buena planificación ayudará a evitar déficits o excesos, favoreciendo un desarrollo músculo-esquelético sano y progresivo.
2. Descanso y un entorno tranquilo:
Aunque a veces parezca que no se le agota la batería, un cachorro necesita dormir entre 16 y 20 horas al día. El sueño es fundamental para que su cerebro procese aprendizajes y su cuerpo se recupere. Cuando no descansan lo suficiente, es común que aparezcan problemas de conducta relacionados con la hiperexcitación, la frustración o el estrés. Por eso, es importante ofrecerle una zona segura, cómoda y alejada del ruido donde se respete su descanso.
3. Estímulos mentales adaptados a su edad:
Ya desde cachorro, el Border Collie suele mostrar una gran capacidad para aprender y resolver retos. Lo más recomendable es ofrecerle pequeños retos diarios que le permitan pensar, explorar y tomar decisiones. Algunos ejemplos son los juegos de olfato, snacks masticables, juguetes interactivos o enseñarle habilidades básicas. Lo ideal es proponer actividades variadas, adaptadas a su edad y nivel de energía, que le ayuden a desarrollar autocontrol, tolerancia a la frustración y concentración. La estimulación mental es clave para evitar el aburrimiento, prevenir conductas destructivas y construir un vínculo fuerte con los tutores.
4. Estimulación y actividad física:
Al contrario de lo que se suele pensar, un cachorro no necesita largos paseos ni sesiones intensas de ejercicio. De hecho, un exceso de impacto o esfuerzo físico puede afectar a su desarrollo articular. Lo ideal es que durante el paseo también tenga oportunidades de moverse libremente, explorar a su ritmo y jugar de forma natural. Si en el futuro queremos practicar actividades más exigentes, como deportes caninos o juegos de alto impacto, es fundamental entrenar poco a poco para promover un desarrollo correcto y evitar lesiones.
5. Socialización del cachorro:
Ofrecer oportunidades para relacionarse con personas, perros y entornos diversos es clave. No se trata de exponerlo sin supervisión a entornos que lo puedan agobiar, sino de acompañarlo para que tenga experiencias positivas que le permitan ganar confianza.
6. Vínculo con los tutores y coherencia en casa:
Es la base para que el cachorro crezca equilibrado y seguro de sí mismo. Los límites y normas deben ser coherentes y claros, siempre teniendo en cuenta su bienestar. Además, mantener una rutina constante y evitar cambios bruscos ayuda a crear un ambiente predecible donde el cachorro pueda desarrollarse. También es importante ser constantes y coincidir en las decisiones sobre el cachorro entre todas las personas que conviven con él, para evitar confusiones y frustración.