Cómo educar a un cachorro
¿Primeros días del cachorro en casa y todo se ha empezado a descontrolar? Es lo más normal del mundo sentirse un poco desbordado cuando el adorable peluche que acaba de llegar a casa coge confianza y se vuelve una pequeña piraña hiperactiva. Y es que educar a un cachorro es una experiencia muy bonita (e intensa), pero puede volverse una pesadilla sin las herramientas adecuadas.
El objetivo de este blog es ofrecerte las herramientas para que puedas construir un vínculo fuerte con tu cachorro, basado en la confianza y estableciendo límites que garanticen el bienestar familiar. Si te preguntas cómo educar a un cachorro de 2 meses, o cómo educar a un cachorro que no muerda, aquí encontrarás las respuestas.
A continuación, tienes una guía con pautas claras, realistas y respetuosas para facilitaros la convivencia con vuestro cachorro.

¿Cuándo empiezo a educar a mi cachorro?
Una de las dudas más comunes cuando llega un cachorro a casa es cuándo empezamos con su educación. La respuesta es muy clara: desde el primer día, y siempre adaptándola a las circunstancias y tiempos del cachorro.
¿Y por qué estas prisas?
Desde las 4 hasta las 16 semanas de vida, los cachorros pasan por el periodo crítico de socialización. En esta etapa, su cerebro está especialmente receptivo para aprender del entorno, adaptarse a nuevas experiencias y desarrollar sus futuras relaciones. Por lo tanto, las vivencias dentro de esta etapa tendrán un papel crucial en su gestión comportamental y emocional, lo que influirá en sus conductas de adulto.
Cada experiencia desde que llega a casa (juegos, caricias, paseos en brazos, sonidos, olores, personas...) forma parte del aprendizaje y contribuye a formar su percepción del mundo y a construir las bases de un perro adulto seguro, equilibrado y con confianza en su entorno.
Ten en cuenta que el objetivo principal de educar a un cachorro no debe ser solamente que el perro obedezca lo que le pedimos —eso sería adiestrar—. Educar implica crear un entorno seguro, establecer rutinas comprensibles con límites, fomentar su autonomía, enseñarle a gestionar sus emociones y construir un vínculo fuerte basado en la confianza.
¿Cómo aprende mi cachorro?
Como hemos comentado antes, cuando los cachorros suelen llegar a casa, se encuentran en el periodo crítico de socialización. Su cerebro es como una esponja y lo que viva durante las primeras semanas marcará su desarrollo como adulto y la manera en que se relacionará en el futuro.
Por eso, la forma en que lo acompañamos durante su adaptación a la nueva vida y en su aprendizaje es crucial. Trabajaremos desde la comprensión de sus necesidades y preferencias, respetando sus comunicaciones y reforzando los comportamientos que nos interesan.
Recuerda que nuestro adorable cachorro es de una especie distinta a la humana, con otras necesidades y que no nace sabiendo cuáles son las normas establecidas por la sociedad sobre lo que es “correcto”. Para él, todo es nuevo: la casa, la familia, el arnés, el ascensor, el veterinario, el coche, los ruidos del barrio... Necesita paciencia y que le vayamos presentando el mundo de forma progresiva y adaptada, convirtiéndonos en un referente que le proporciona seguridad, sin presiones.
Cómo enseñar a un cachorro a no morder o "control de boca blanda"
Morder es una conducta completamente natural y necesaria en los cachorros. Es su forma principal de interactuar con el mundo y de relacionarse con sus hermanos. A través de la boca exploran texturas y sabores, parecido a nuestro sentido del tacto. Además, la masticación favorece la relajación y ayuda a aliviar el malestar por la salida de los dientes.
A continuación, hablaremos de dos situaciones en las que los mordisquitos de nuestro cachorro pueden convertirse en un problema sin el enfoque adecuado:
Mi cachorro me muerde las manos: ¿Cómo enseñarle a morder suave?
Cuando el cachorro crece junto a su madre y hermanos, aprende de forma natural a regular la fuerza de su mordisco durante el juego. Si muerden con demasiada intensidad, el juego se interrumpe. Pero si el cachorro ha sido separado de forma temprana, es posible que no haya tenido la oportunidad de desarrollar ese control, por lo que será necesario entrenarlo:
- Iniciamos el juego con nuestras manos, solo cuando esté tranquilo.
- Le permitimos mordernos suavemente.
- Si aprieta demasiado, emitimos un pequeño chillido (¡ay!) y detenemos el juego.
- Si insiste, retiramos nuestra atención y nos alejamos durante unos segundos.
- Volvemos a empezar el juego una vez se haya calmado.
Después de varias repeticiones, debería empezar a entender que el juego continúa solo si controla su fuerza.
Mi cachorro muerde los muebles (rodapiés, sofá, cojines, patas de las sillas)
Durante la etapa de cachorro, es habitual que busque objetos para mordisquear. Como se trata de una necesidad natural, podemos redirigir esa necesidad hacia opciones seguras y adecuadas:
- Asegúrate de que tiene acceso permanente a juguetes mordedores seguros y variados: de diferentes texturas, tamaños y materiales. Fíjate en sus preferencias y adáptate a ellas, aunque los juguetes que le hayas comprado no le gusten y prefiera una bola de calcetines o una piña del parque.
- Ofrécele alternativas atractivas: puedes usar juguetes rellenables, snacks o juguetes, por ejemplo.
- Limita el acceso a las zonas que no queremos que muerda o a los objetos de valor si no puedes vigilarlos.
No se trata de eliminar la conducta de morder, sino de ofrecerle alternativas “correctas” para hacerlo.
Cómo educar a un cachorro de 2 meses a hacer pipí y caca en el lugar adecuado
Dónde hace pipí y caca el cachorro es uno de los temas que más preocupan en los primeros días de convivencia. En esta etapa, tu cachorro no tiene aún la capacidad de controlar sus esfínteres, por lo que la clave está en anticiparse, prevenir y reforzar cada pequeño avance.
Hay momentos en los que es más probable que necesite evacuar y, si los conocemos, podemos adelantarnos para que esté en el lugar adecuado a tiempo:
- Al despertarse, después de la noche o de una siesta.
- Justo después de comer o beber.
- Tras momentos de mucha emoción, como después de un juego intenso o al saludar.
- Después de la actividad física.
También facilita mucho el aprendizaje ser constante con las rutinas, los horarios y los paseos. En estos momentos clave, acompáñalo con calma al lugar elegido (empapador, patio, calle segura...) y espera sin presionarlo. Cuando lo haga en el sitio correcto, haremos una fiesta con voz alegre y comida (sin agobiar). Esto refuerza la conducta de forma positiva y el cachorro relacionará hacer sus necesidades en ese lugar con algo bueno.
Si falla y no lo hace donde toca, no lo regañes ni lo castigues: solamente conseguirás que tenga miedo y se esconda para hacer pis o caca. Simplemente límpialo y analiza si has estado atento a sus señales, si lo has llevado al sitio correcto a tiempo o si tenía acceso a la zona adecuada. Recuerda que se trata de un aprendizaje progresivo y que cada cachorro tiene su propio ritmo para aprender a controlar completamente sus esfínteres.
Puedes ampliar la información sobre como enseñar a un cachorro a hacer sus necesidades en la calle aquí.
Socialización: cómo y cuándo empezar a pasear
Una de las dudas más habituales es si puede salir un cachorro a la calle si aún no tiene todas las vacunas. Y sí, sí que puede, siempre que se planifique con precaución.
Es necesario que el cachorro conozca el mundo que lo rodea durante el periodo crítico de socialización (entre las 4 y 16 semanas), ya que si no lo hacemos, perdemos una oportunidad clave para su desarrollo social, relacional y emocional.
A continuación, te dejamos algunos consejos para los primeros paseos de tu cachorro:
- Le presentamos el mundo progresivamente: primero casa, luego escalera, portal, acera, manzana... y así vamos ampliando poco a poco su entorno.
- Lo llevamos en brazos por zonas seguras para que observe y escuche el entorno.
- Establecemos límites por nuestro cachorro: somos su voz. Si lo notamos agobiado o asustado, pediremos espacio o nos alejaremos para que se recupere.
- Le presentamos estímulos variados y controlados: personas, bicis, otros perros con habilidades sociales y vacunados, niños, ruidos urbanos...
- Buscamos espacios naturales seguros para que pueda explorar libremente y fomentar su seguridad y autonomía.
Aprender más sobre cuándo puede salir un cacahorro a la calle aquí.
Establecer normas y límites con tu cachorro
Establecer normas y límites es necesario para garantizar una convivencia sana. Es por esto que los cachorros necesitan referencias claras y coherentes para aprender a convivir en sociedad.
Es importante tener en cuenta que, para los perros y demás animales, no existe el bien o el mal; la moralidad es una invención humana. Sus acciones están motivadas por una necesidad y prueban diferentes estrategias hasta que alguna les funciona. Para que los límites tengan sentido, es fundamental ser coherentes: debemos garantizar que sus necesidades están cubiertas y no podemos permitir hoy lo que mañana corregimos, porque eso solo genera confusión.
Tener una estructura clara y saber qué se espera de ellos les da seguridad y les ayuda a autorregularse.
También habrá momentos en los que, por excitación o falta de regulación emocional, no podamos redirigir ni relajar al cachorro. En esos casos, y solo si lo hemos entrenado previamente, podemos usar herramientas como el "No informativo" (para indicar que algo no nos gusta) o el "Time out" (pausa social para volver a la calma).
Enseñar al cachorro a quedarse solo
Aprender a quedarse solo debe ser un proceso que se construye poco a poco. La clave está en entrenar la autonomía de nuestro cachorro, la capacidad de hacer cosas solo, desde el principio, y así evitar en el futuro problemas relacionados con la separación.
Para empezar a trabajarlo, el objetivo es que aprenda a estar solo acompañado, o sea, con nosotros en casa:
- Prepara una zona delimitada para el cachorro, con todo lo que necesita: juguetes interactivos, mordedores, empapadores, comida, agua y una cama cómoda.
- Establece momentos del día en los que estéis en la misma habitación, pero sin interactuar de forma directa. Puede estar descansando o entretenerse con alguna actividad. Si se muestra tranquilo, podéis probar en habitaciones separadas.
- Practica pequeñas salidas sin despedidas dramáticas. Indícale que te vas con una señal verbal como “ahora vengo”.
- Al volver, salúdalo con calma. Si está tranquilo, puedes reforzarlo con caricias suaves o un tono de voz amable. Si está alterado, espera a que se relaje un poco antes de acariciarlo.
El objetivo es que aprenda que estar solo es parte de la rutina, que aparecen estímulos agradables cuando nos vamos y que siempre volvemos.
Primeras manipulaciones: veterinario, cepillado y más
Las visitas al veterinario, el baño, el cepillado, revisar orejas o cortar uñas no deberían ser una batalla. Para acostumbrarlo, hay que generar aprendizajes basados en experiencias positivas desde los primeros contactos.
A continuación, te dejamos algunos tips para las diferentes situaciones que pueden resultar novedosas en la vida de tu cachorro:
- Empezamos manipulando suavemente todo su cuerpo a diario: boca, orejas, patas, uñas, barriga, cola, etc. Aprovechamos los momentos de calma, como si fuera un masaje, y sin forzar.
- Si se incomoda o se agobia, paramos. Que entienda que respetamos sus señales, y volvemos a intentarlo más adelante, con más suavidad.
- Asociaremos las manipulaciones a cosas positivas o que le gusten. Por ejemplo, podemos ofrecer comida que le guste o caricias.
- Practicaremos con diferentes personas, que sigan nuestras indicaciones. Así practicamos que generalice con más personas, como el veterinario.
Por último, un punto clave: que las primeras visitas al veterinario o a la peluquería sean solo de presentación. Solamente exploraciones muy sutiles, premios y caricias si las quiere, para crear una asociación positiva. Deberíamos evitar vacunas, cortes o experiencias que puedan resultar traumáticas en estos primeros encuentros.

FAQs
¿A qué edad se empieza a educar un cachorro?
Desde el primer día. La socialización y las rutinas deben comenzar al llegar a casa.
¿Cómo castigar a un cachorro cuando hace algo mal?
No se castiga. Se redirige, se refuerza lo positivo y se establecen límites claros sin generar miedo.
¿Qué hacer si mi cachorro muerde mucho?
Es normal. Asegúrate de que tiene alternativas para morder y enséñale el control de la mordida con calma.
Conclusión
Como ves, educar a un cachorro no se trata de hacerlo todo perfecto ni de tener una paciencia inagotable, sino de acompañarlo con amabilidad, constancia y estructura. Ya sea que te preguntes cómo educar a un cachorro de 2 meses o cómo educar a un cachorro que no muerda, lo importante es respetar su proceso y construir una relación de confianza.
Disfruta del camino, porque esta etapa es tan breve como intensa.