La Diabetes Mellitus (o Diabetes felina) es una enfermedad que también puede afectar a los
gatos. ¡De hecho los gatos diabéticos han aumentado mucho en los últimos años! Esto se
relaciona con el aumento de gatos sedentarios, gatos con sobrepeso y con unas pautas de
alimentación inadecuadas.
Es una enfermedad que puede tener también una parte genética y que afecta normalmente a
los gatos mayores, pero también puede afectar a gatos jóvenes.
¿Y qué es lo que pasa en el cuerpo de un gato diabético? Pues bien, cuando un animal ingiere
comida, esta se va descomponiendo en distintos nutrientes, y uno de ellos es la glucosa. Después de las comidas, el cuerpo sufre un pico de glucosa en sangre. Para que esta glucosa se pueda aprovechar, se necesita la insulina. La insulina es una hormona que produce y secreta el páncreas. El problema surge cuando la insulina no aparece o no tiene efecto, es entonces cuando la glucosa no puede llegar al resto de tejidos del organismo y se queda en la circulación, produciendo picos muy elevados de glucosa en sangre. Como a los órganos no les llega glucosa, tienen que nutrirse de otras sustancias, y el cuerpo empieza a utilizar la grasa y proteína para nutrirse.
La diabetes tipo II es la más frecuente en los gatos, es un tipo de diabetes que llamamos insulino no-dependiente, eso significa que las células del organismo del gato, han desarrollado una resistencia a la insulina del propio cuerpo y ya no les hace efecto. Suele afectar a gatos con sobrepeso y mayores.
¿Qué síntomas puede mostrar mi gato con diabetes? Los dos síntomas más comunes que suelen alertar a los humanos son que el gato empieza a beber mucha más agua de la que bebe normalmente (polidipsia), y también que orina mucho más de lo habitual (poliuria). Eso ocurre debido a que la sangre en circulación tiene un exceso de glucosa, que se elimina por los riñones, y, al mismo tiempo, se excreta más líquido, por lo que sale más orina con glucosa (y el gato bebe más para no deshidratarse). Otro síntoma muy habitual es el aumento de hambre. Como el organismo no es capaz de conseguir energía a través de la glucosa, sigue demandando más nutrientes, y por eso tienen sensación de hambre, no se sacian.
Además, la diabetes puede llevar otras complicaciones. Al haber glucosa (azúcar) en orina, hay un mayor riesgo de sufrir infecciones urinarias. Y, si la diabetes no se controla, se puede
complicar a un estado de Cetoacidosis Diabética, en la que el organismo deja de funcionar
correctamente porque el metabolismo empieza a formar unas sustancias llamadas cuerpos
cetónicos (como la acetona) para producir energía. Estas sustancias “intoxican” todo el
organismo y el gato puede mostrar vómitos, fatiga, dificultad para moverse con normalidad,
aumento de la frecuencia respiratoria (os enseñamos a medir sus constantes vitales en este artículo) ¡Esto es una urgencia que requiere atención veterinaria de inmediato!
Si aun así, hay sospechas de que tu gato puede padecer Diabetes, una analítica sanguínea y una analítica de orina, junto con la exploración de tu veterinario, pueden despejar las dudas. En las analíticas urinarias, se suele ver un aumento de glucosa en la orina; y en las analíticas sanguíneas también se suele ver un aumento de la glucosa y fructosamina (es parecida a la glucosa pero de larga duración), además de otros parámetros que pueden salir alterados.
Es imposible evitar al cien por cien, que un gato no padezca diabetes, pero sí que podemos
ayudarle a llevar una vida más sana para reducir la probabilidad que sufrir la enfermedad o
retrasarla. Lo más importante y más fácil de controlar como tutores de nuestros gatos, es su
peso. Los gatos con sobrepeso tienen muchas más posibilidad de acabar sufriendo Diabetes.
Como buenos tutores, lo mejor que podemos hacer por ellos es darles una dieta natural,
equilibrada y variada, para que bajen de peso (si están en sobrepeso) o para que se mantengan en su peso (si están en su pedo ideal). También el ejercicio les ayuda a regular el sistema endocrino (encargado de regular la insulina) ¡Si tenemos un gato un poco vago, lo mejor que podemos hacer es hacerle jugar un buen rato al día! Además, cuando su veterinario nos recomiende un tratamiento hay que cumplirlo sin dar dosis de más, ya que pueden producir desajustes en su metabolismo que no ayudan en la prevención de la diabetes.
En el caso que tu gatito sufra esta enfermedad, aún quedan cosas que puedes hacer para que le resulte lo más leve posible y, que padezca menos. Todos sabemos que no todos los gatos son muy amigos del agua, pero es sumamente importante que beban mucha agua y se mantengan hidratados, sobre todo, cuando padecen enfermedades como estas. Puedes probar de ponerle distintos bebederos tipo fuente en casa, para estimular a que beban agua. Sin dejar de mencionar, que si llevan una dieta húmeda a base de ingredientes naturales como la de Guau&Cat (carne, vísceras,...), les ayudará mucho a mantener un buen grado de hidratación. También, el hacer ejercicio ayuda al organismo a gastar la glucosa y, por lo tanto, baja los niveles de glucosa en sangre. ¡Asegúrate de pasar cada día un buen rato jugando con él, su cuerpo te lo agradecerá!
Y, lo más importante en el tratamiento de un gatito con diabetes, es seguir las pautas de medicación (insulina inyectada) recomendadas por su veterinario y, que se mantenga en su peso ideal. Muchos gatos enfermos de diabetes, consiguen un control de la enfermedad antes o incluso consiguen que esta remita, cuando bajan de peso y se mantienen en su peso ideal. Para ayudar a que tu gatito baje de peso y se mantenga en su peso ideal, no te olvides de que una alimentación adecuada será la base ¡Los gatos son carnívoros estrictos que cazan pequeñas presas y no necesitan comer cereales ni derivados de estos!
¡Sigue los consejos y ayúdale a prevenir la diabetes!
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