Todos sabemos que la temperatura de nuestros peludos es bastante más elevada, de manera natural, que en los humanos, ¿verdad? Si no es así, ¡nueva noticia! Su temperatura normal está entre 38º y 39.5º. Aunque en el caso de los perros, se dice que es hasta 39.2º.
Aunque son términos generales, hay que tener presente que puede variar en función de muchísimas cosas, como la raza o las características propias de cada animal.
Al igual que su temperatura es distinta a la nuestra, debemos tener presente que según qué perro tenemos, pueden aguantar temperaturas hasta cierto nivel. En el caso de las bajas por ejemplo, por lo general pueden aguantar sin problema hasta los 7º, incluso puede que no ocurra nada estando a 4º. Pero cuando esta empieza a ser más baja, debemos tener cuidado. Pues no son super héroes en este sentido.
Aquellos que son de raza grande y tienen más pelaje, pueden aguantar con mayor facilidad las bajas temperaturas, ya que este hace de aislante.
Aquí podéis ver una tabla de lo que nuestro perro es capaz de aguantar. Tened en cuenta que en el caso de los gatos, que son aquellos que por regla general están en casa y no salen a pasear, se mediría como un perro pequeño. Ya que la temperatura es parecida o igual a la de los perros.
¿Y qué pasa con las altas temperaturas? ¿Es aconsejable pasearlo en horas punta de mucho calor en verano? Seguro que ya conocéis la respuesta. ¡No! No es aconsejable pasear en horas donde la temperatura es más elevada. Y en caso de hacerlo, debe ser con control, llevando agua con nosotros e intentando hacer el paseo por el máximo número posible de lugares con sombra.
Tened en cuenta que ellos no llevan protección en sus patas ni almohadillas, y el suelo asfaltado puede llegar a estar a temperaturas muy, ¡pero que muy altas!
Hay ciertos perros y gatos que pueden padecer golpes de calor de manera más fácil que otros. Por ejemplo, aquellos que ya han sufrido con anterioridad un golpe, cuando no tienen acceso a agua (por ello la importancia de llevar agua con nosotros en paseos durante el verano), los que tienen problemas de corazón, si son de edad avanzada o tienen sobrepeso.
Hay que prestar atención a ciertas razas, que tienen cierta tendencia a poder padecer de un golpe. Por ejemplo, por sus dificultades respiratorias, hay que prestar atención a los perros de raza Bóxer, Bulldog, Boston Terrier, Carlino… Y en el caso de los gatos, a los Persa, Gato Birmano, Exótico de pelo corto…
¡Pero ojo! También debemos tener en cuenta su pelaje. El husky Siberiano, el Chow Chow o el Bobtail, pueden ser propensos a los golpes de calor. Y en el caso de los gatos, el Persa también, el Ragdoll, o Somalí.
Con un golpe de calor, podemos ver ciertos síntomas como los vómitos, temblores, dificultad para respirar, alteración de la saliva, agitación, aumento de la temperatura…
Es muy importante hidratarlos para poder evitar este tipo de cosas. No está de más que se hayan mojado un poco zonas de su cuerpo (en el caso de los perros) para realizar el paseo en verano. Como la cabeza, las ingles, las axilas y el cuello. Además de ofrecerles agua fresca antes, durante y tras pasear.
Cuando nuestro peludo tiene fiebre, en principio estos síntomas no suelen estar. Cuando es verano, debemos tener en cuenta que si están en casa, tranquilos, y la temperatura del entorno es adecuada, la subida de su temperatura puede ser un síntoma de enfermedad y se debería realizar una visita veterinaria para descartarlo o para que se le suministre medicación para poder bajarla, al igual que averiguar qué le ocurre a nuestro peludo.
Nunca debemos dar por hecho que por ser animales con pelo, ni el frío ni el calor puede afectarlos de manera negativa. Es muy importante conocer bien a nuestro peludo, en un entorno natural y normal, en un ambiente acomodado, para poder diferenciarlo cuando exista riesgo de fiebre, de golpe de calor, o de tener demasiado frío.
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