El tema de las mascotas mayores es algo probablemente que debería tratarse incluso antes de plantearse el hecho de tener un peludo en casa. Estamos tan acostumbrados a querer peludos que tengan unos pocos meses que no somos conscientes de lo que supone criarlos, educarlos y dejar pasar los años hasta que se hacen mayores y las cosas dejan de ser lo que eran.
Deberíamos principalmente plantearnos si estamos capacitados, o mejor dicho, si seremos capaces de cuidar a nuestro peludo incluso cuando más falta les haga la ayuda. Y parece una pregunta estúpida, pero realmente es muy importante hacérsela. Cuando crezcan, pueden existir problemas de artrosis, de corazón, de agresividad o ansiedad. Todo eso que no tenían antes, puede surgir de repente como nos surgirá (toquemos madera para que no) a nosotros cuando seamos mayores.
Evidentemente, no se trata de alargar el sufrimiento de nuestro peludo. Llega un punto en que es muy difícil saber si es mejor seguir intentando luchar por él, o quizás ya es el momento de despedirse y ayudarlo a marchar. Pero muchas son esas personas que por no querer siquiera aceptar que lo que tiene su peludo es un bache, cree que es mejor despedirse cuanto antes. Y esto es algo que algunos veterinarios aceptan. Evidentemente y por suerte, no son muchos. Porque la vida de un animal en nuestras manos no debería ser tan fácil de eliminar, ¿verdad?
Si hemos sido capaces de ofrecerles un hogar para crecer, y ser felices, también debemos ser capaces de ofrecerles este mismo hogar para cuando una parte de ellos está empezando a apagarse. Si llevamos su desparasitación y controles veterinarios al día, felicidades, solo debemos seguir así. Y sobre todo, siempre, siempre, siempre, seguir sus instrucciones en caso que sea necesario medicar, realizar revisiones más a menudo o realizar ciertas pruebas. Debemos entender que si son un miembro más de nuestra familia, en algún momento esto puede ocurrir y ser necesario. Ellos nos aman incondicionalmente, y si quieres tener a un peludo en tu vida, deberíamos ser capaces de hacer lo mismo por ellos cuando lo necesiten.
Con el paso de los años, algunos comportamientos que nunca habían desarrollado podrían darse. Como hemos comentado, puede ser agresividad. Esta muchas veces puede ser debida a algún dolor físico. Muchos peludos descargan esta mostrándose más gruñones, seguro que en alguna ocasión, algunos lo habéis podido experimentar. Es importante encontrar cuál es, para poder ayudarlo y así también encontrar la forma de redirigir ese comportamiento que al final, no es solamente negativo para nosotros, sino también para ellos, para poder seguir llevando una vida lo más normal posible.
Otras veces pueden volverse más solitarios, y es que esto la vejez es lo que provoca muchas veces. Quieres más tranquilidad y menos caos, ¿verdad? ¡Eso lo podemos notar incluso sin ser mayores! El paso de los años nos enseña a dejar de ser unas cabras locas.
Al final, lo más importante es velar por su bienestar, que implica que el nuestro también esté a la altura. En su momento ya hablamos del duelo con nuestros peludos. No olvidemos que luchar por ellos no debería ser una opción, sino nuestra obligación moral. Pero también debemos entender que a veces no deberíamos alargarlo. No queramos luchar por algo que pueda hacerles daño, por algo que solo haga que el sufrimiento que tienen se prolongue.
Cuando llegue el momento, lo notaremos, lo sabremos. Ellos nos lo harán saber, porque ya no son los mismos. Porque ya no tienen el mismo aguante, porque empiezan a pasar por situaciones que les hacen mal. Aprendamos a escucharlos sin que hablen. Eso nos ayudará a nosotros también.
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