Peritonitis infecciosa felina, tan peligrosa y apenas conocida

Publicado por Team GUAU&CAT en

Peritonitis Infecciosa Felina que es

Las enfermedades que afectan tan solo a una especie, por regla general. suelen ser más desconocidas que otras que afecten a más de una. Pero si hablamos, además, de una enfermedad que afecta a los felinos, aún nos preocupa más lo poco conocida que puede llegar a ser, teniendo en cuenta lo bien escondidas que suelen estar algunas en estos animales hasta que se empiezan a desarrollar gravemente, como la peritonitis infecciosa felina.

Los gatos conviven con los humanos desde hace menos siglos que los perros y en determinados aspectos relacionados ya sea con su comportamiento, su metabolismo o incluso enfermedades continúan siendo un misterio. En esta ocasión, queremos hablaros de una enfermedad altamente contagiosa, peligrosa, a la vez que misteriosa. Se considera una de las enfermedades menos entendidas de entre todas las dolencias felinas.

 ¿Qué es la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF)?

Por desgracia, es una enfermedad felina muy contagiosa producida por un virus y que, como ya hemos comentado, afecta a los felinos. ¡A cualquier felino! No importa ni la raza, ni lo mucho que lo cuidemos. Además, resulta común que aparezca en gatos de menos de 2 años de edad, y los síntomas pueden variar desde ausentes hasta letales (Melissa A, 2020).

¿Os suena el nombre de coronavirus? ¡Seguro que sí! Hemos oído mucho sobre él en los últimos tiempos. El nombre coronavirus hace referencia a una familia de virus que engloba, entre otros, al coronavirus felino responsable de la PIF. Los gatos infectados con el coronavirus felino normalmente no muestran síntomas durante la fase inicial de la infección viral, pero, ocasionalmente pueden experimentar episodios de diarrea y/o de ligera afección respiratoria de los que se recuperan espontáneamente. En aproximadamente un 10% de los gatos infectados, una o más mutaciones alteran el comportamiento biológico del virus convirtiéndolo en el responsable de la PIF (Cornell Feline Health Center, Cornell University, 2020). Estas mutaciones unidas a una respuesta inmunológica deficiente contribuyen al desarrollo de la PIF (Melissa A, 2020)

Por eso es tan importante controlar y cuidar su salud al máximo, alimentándolos con una dieta natural y adecuada para que su sistema inmunológico esté realmente fuerte.

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 ¿Se puede detectar? ¿Cómo se transmite?

Como ya hemos mencionado, es una enfermedad muy contagiosa. La transmisión puede empezar apenas unos días después de contraer el virus en cuestión. El virus principalmente infecta las células del tracto intestinal, dónde se replica y puede ser depositado y excretado mediante las heces. El virus puede sobrevivir en el exterior del cuerpo algunos días e incluso semanas, pero se puede eliminar de manera fácil con los limpiadores y desinfectantes de uso común.

La infección se produce cuando el gato ingiere el virus mediante, por ejemplo, la acción de lamerse, es decir, la transmisión se produce por contacto oral con heces infectadas. Algunos gatos desarrollarán una respuesta inmunitaria y estarán protegidos frente a una posible futura infección. Otros, permanecerán infectados por el virus, y lo irán excretando de manera constante en sus heces, y otros serán capaces de eliminar el virus, pero sufrirán infecciones recurrentes, con lo que el virus se excretará en las heces de manera intermitente. En estos dos últimos casos en los que no se desarrolla inmunidad, si se produce alguna de las mutaciones mencionadas anteriormente o una bajada del sistema inmunitario, la PIF se desarrollará (Hunter T y Ward E, VCA Hospitals). Además, como el virus se está excretando de manera continuada o intermitente, el riesgo de contagio de otros gatos es elevado-

Por desgracia, detectar una infección de coronavirus felino es muy difícil porque, como ya hemos comentado, o bien los gatos son asintomáticos, o bien muestran un cambio de comportamiento, o bien presentan un amplio abanico de síntomas que incluyen episodios gastrointestinales y/o respiratorios.

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 Y si se desarrolla la enfermedad, ¿qué pasa?

Solo un porcentaje pequeño de gatos infectados por el coronavirus felino desarrollan PIF, y esto puede ocurrir semanas, meses o incluso años después de la exposición al virus. Existen dos formas conocidas de PIF (Hunter T y Ward E, VCA Hospitals)

Por un lado, tenemos la forma HÚMEDA, que hace referencia a la acumulación de fluidos en las cavidades del cuerpo.

Estos líquidos se acumulan normalmente en la cavidad abdominal o en la pectoral, lo que provoca la aparición de síntomas como decaimiento, dificultad para comer y dificultad para respirar (Hunter T y Ward E, VCA Hospitals). Suele aparecer una fiebre moderada que no desaparece con antibióticos y se desarrolla de manera rápida (Cornell Feline Health Center, Cornell University, 2020).

Por otro lado, está la forma SECA, en la que se produce una acumulación muy leve o nula de fluidos. Esta forma de PIF produce inflamaciones agudas en uno o más órganos, incluyendo ojos, cerebro, hígado, intestinos... (Hunter T y Ward E, VCA Hospitals), además de descoordinación de movimientos.  Esta forma suele desarrollarse de manera lenta (Cornell Feline Health Center, Cornell University, 2020).

En cualquiera de los dos casos, existe una alta probabilidad de afectación del comportamiento. Resulta muy común con los felinos, el no darnos cuenta de que existe un problema hasta que la enfermedad se ha desarrollado. Esta característica propia de los felinos, unida al hecho de la dificultad de diagnóstico de la PIF, hace que sea más difícil para nosotros protegerlos y averiguar qué es lo que les está sucediendo.

 

 ¿Hay diagnóstico y tratamiento?

Diagnosticar la enfermedad es muy difícil. El hecho de que existan tantos síntomas diferentes y dos formas diferentes de desarrollo complica su diagnóstico. Dicho diagnóstico se basa actualmente en una combinación de síntomas, historial clínico, modo de vida del gato y una gran variabilidad de análisis, es decir, que no existe una prueba directa y concluyente (Melissa A, 2020).

En cuanto al tratamiento, este deberá decidir lo tu veterinaria/o en base a los síntomas que presente. Existen algunos tratamiento antivirales pero todavía se encuentran en fase de investigación y desarrollo (Cornell Feline Health Center, Cornell University, 2020).

 Y entonces, ¿qué hacemos?

A día de hoy, la mejor opción para proteger a nuestro gato es la prevención y cuidarlos de la mejor manera posible.

Debemos evitar al máximo los posibles factores de estrés, como mudanzas constantes, cambios de horario o rutinas… ¡Es muy importante!

Hay que mantener su higiene lo más limpia posible. ¿Cómo? La caja de arena debe estar siempre limpia, y realizar una limpieza a fondo de esa zona al menos una vez a la semana.

A los gatos de pelo largo, sería bueno recortarles un poco el pelo de las nalgas de vez en cuando, con la finalidad de que esa zona esté lo más limpia posible, aunque ellos se acicalen por regla general.

Debemos intentar que su sistema inmunológico esté fuerte y sea eficaz. Y no hay nada mejor para ello que dar una alimentación natural a nuestros felinos para que puedan obtener a través del alimento todo lo que su organismo necesita para estar sano y fuerte.

¡Cuidado con las introducciones de gatos nuevos en el hogar! Llévalos siempre al veterinario para que realicen una revisión general, así como las pruebas necesarias para que se determine si han estado en contacto con gatos que hayan padecido la enfermedad o cualquier otra enfermedad infecciosa.

En definitiva, la Peritonitis Infecciosa Felina, es una enfermedad peligrosa. Pero conocerla un poco, puede ayudarnos a prevenirla, y a saber que es muy importante realizar visitas anuales al veterinario para seguir protegiéndolos y asegurándonos de que su salud es óptima.

 

 


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