No es equivocado pensar que los perros siempre han salido a pasear con sus dueños para hacer sus necesidades. Tampoco lo es decir «de paso ven algún que otro perro». Pero, ¿hasta dónde es tan importante salir para hacer sus necesidades, frente a la idea del mundo que se les abre ante sus ojos en ese rato que están en el exterior?
La evolución del perro junto al ser humano durante miles de años nos ha abierto las puertas a conocerlos mejor, incluso a conocernos a nosotros mismos en algunos casos. ¿Cuántas personas han decidido incluir a un perro en su familia y han descubierto lo gratificante que es compartir momentos con él? Seguro que ya tenéis a alguien en mente. Y entonces, ¿qué importancia tiene el paseo en todo esto? Más de la que os podéis llegar a imaginar.
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«El perro es el mejor amigo del hombre»
Esta frase no habría que tomarla como un hecho literal donde se incluye a cualquier perro y a cualquier persona. Puede ser tu mejor amigo, como lo es esa persona que conoces desde hace veinte años.
Pero hay que tener presente algo fundamental. Los perros no solo son tu mejor amigo si les aportas lo único que piden, amor, sino que son un apoyo esencial cuando lo necesitamos. Están ahí.
Y por eso vamos a hablar del paseo. Porque es un momento de conexión del que poco se habla, y del que podemos aprender muchísimo.
Lo primero que tenemos que preguntarnos es: ¿nuestro perro pasea bien? ¿tira de la correa? ¿ladra a otros perros o incluso a las personas que ve? ¿quiere coger todos los desperdicios que hay en la calle? ¿nos presta atención si decimos su nombre? Estas cuestiones no son solo dudas a las que debemos prestar atención si ocurren, sino que debemos ponerles solución.
Pero en esta ocasión hablaremos de por qué y cómo el paseo con nuestro peludo es vital para su bienestar. ¿Cuántas veces salimos a pasear y mientras llevamos la correa en una mano, la otra la tenemos ocupada? Hablando por teléfono — algo que nos desconecta por completo del paseo y de nuestro perro —, fumando... ¿Y nuestra mente? Hablando con otra persona al lado, incluso desconcentrados pensando en otras cosas que en ese momento nos parecen importantes.
¿Cómo hago que el paseo sea divertido, tanto para él como para mí?
Es una pregunta que para algunos puede parecer sencilla, pero para otros puede ser difícil saber cómo conseguir que salir a pasear con su perro sea más que ir a hacer sus necesidades y volver a casa. Si tu peludo en la calle pasea tranquilo y te presta atención, ¡ya has ganado sobre el terreno!
¿Por qué creemos que las golosinas solo pueden darse para adiestrarlos o educarlos? Por todos es sabido lo mucho que les gusta comer a los perros. ¡Seguro que lo notáis! ¿Por qué no salimos a la calle con una bolsa de golosinas? Tal vez se ha parado a saludar a otro canino, y ves que está más alegre, que se despide moviendo la cola y más activo. ¿Por qué no premiar esa felicidad? ¡Aprovecha! Coge una golosina mientras aún está entretenido, y cuando os alejéis, ofrécesela junto a una caricia. No se trata de darle golosinas cada vez que haga algo, pero sí se puede hacer cuando ese algo le da un respiro de alegría.
¿Y cuál sería la golosina ideal? Olvidemos las croquetas del pienso y las típicas galletas que llegan en bolsas, que siguen siendo parecidas a un pienso. Tiremos de lo natural. En nuestro apartado de snacks es cierto que podéis encontrar de todo tipo. Los boquerones son pequeños y con lo fácil que es triturarlos, podrían ser una buena opción para ir ofreciendo trocitos a medida que vamos de paseo. O aquellos que sean fáciles de romper y tener a trozos.
¿Alguna vez habéis dejado que vuestro perro os guíe los primeros minutos? Si nuestro perro sale media hora en cada paseo, ¿por qué no dejar que los primeros 15 minutos ellos decidan hacia dónde quieren ir? Dejar que hagan su propia exploración del entorno es algo que los ayuda a sentir que tienen el control. Y seamos honestos, ¿a quién no le gusta controlar sus pasos? Que ellos decidan el lugar hacia el que quieren caminar y por el que quieren explorar, es una forma de darles rienda suelta a su olfato, a su vista, a su mente e inteligencia. Cuando ese paseo improvisado termina, no hace falta tirar de él marcha atrás, es tan sencillo como premiarlo con una caricia — o una golosina si os gusta el consejo anterior — y llamarlo para cambiar de dirección.
Los perros descienden de los lobos, animales gregarios capaces de moverse muchísimo, explorar, conocer, oler... Es su naturaleza. Ayudemos a nuestro peludo a que pueda seguir explorando sin miedo a que no le dejemos avanzar.
¿Parque para perros? ¿Es buena idea o no?
¿Vamos al parque para perros? Hay mucha gente que le teme a estos lugares. Es entendible y conocida la fama de caos y peligros que hay en ellos. No vamos a negarlo, pero también tiene cosas muy positivas.
Cuántas veces habremos visto perros en los parques y sus dueños alejados de ellos charlando sin prestarles atención. Confiar en tu perro, por mucho que lo conozcas, no es suficiente razón para dejar que esté con otros cinco sin vigilancia ni supervisión.
Y no solo eso, el parque no es solo un lugar en el que puede relacionarse con otros perros, un lugar al que solo ir si hay otros perros. Es donde puede correr, pero también jugar con nosotros. ¿Tal vez con una pelota? ¿Mordiendo un juguete? ¡Incluso hacer carreras con nosotros! A los perros les gusta jugar con sus dueños, ¿por qué hacerlo solo en casa cuando tienen la oportunidad de hacerlo en un entorno externo?
Y al llegar a casa, ¿qué tal el premio de un buen snack? ¡De los grandes! ¡De esos que cuando se los das, parece que les estés regalando el mundo entero!
Yo hablo con mi perro a diario, ¿y tú?
Es cierto, lo hago. ¿Y qué? ¡No estamos locos aquellos que les hablamos a nuestros peludos! No importa que no hablen nuestro lenguaje, no importa que no sepan lo que es una célula eucariota o dónde está Ámsterdam. Cuando le hablas a tu perro, te escucha aunque no te entienda, porque sabe que te estás comunicando con él. ¡No son muebles! Y durante el paseo es un hecho que hablarles los divierte y los anima a ir más alegres.
¿Qué importa cómo nos miren los demás? ¿Qué importa si no entienden por qué lo hacemos si no hablan nuestro lenguaje? Quien tiene que entender que quieres comunicarte y hacerlo sentir partícipe de ti, es tu perro.
Para terminar, os dejamos el consejo más importante y que nunca hay que olvidar. Y no solo es necesario e importante durante el paseo del perro, lo es en el día a día, desde que decidimos entrar a un perro a nuestra vida, hasta que llega el día en que hay que despedirse;
Ámalo. Porque él lo va a hacer sin condiciones.
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